jueves, 25 de julio de 2013

¿QUE ESPERAMOS PARA INDIGNARNOS?
 
foto: Prensa Libre

"...dicen que le dieron varios disparos en la cabeza". Cuando mi niño de apenas 12 años me contó lo anterior anoche, mientras veía noticias en un telenoticiero local, me quedé frío y no supe que contestar. "Era la contadora de las Rutas Quetzal, su niño estudiaba en el Colegio". fue lo expresado antes de describirme la forma como sicarios en motocicleta, acabaron con la vida de Sayda Puac Borrayo, en un sector de la Colonia El Edén, San Juan Sacatepéquez.

No solo me indigna el hecho, si no que nuestros hijos estén creciendo con esta cultura violenta, que tengan que acostumbrarse a vivir bailando al ritmo de la indiscriminada "danza de la muerte", como yo le he llamado desde hace buen rato a esta vorágine que nos tiene de rodillas, que vean todo lo que está pasando como algo normal. Da rabia pensar que pasará con los dos niños de esta víctima quienes fueron testigos de la forma como le quitaron la vida a su madre.

En estos días, los guatemaltecos hemos sido testigos una vez más de cómo algunos malos individuos, han perdido cualquier valor (si es que algún día lo tuvieron), por la vida. Al suceso anterior, hay que sumar lo acontecido con el estudiante del Colegio San Sebastián, lo ocurrido a una niña de apenas cinco años, asesinada junto a su abuela en el Municipio de El Progreso, Departamento de Jutiapa, y lo más reciente, el asesinato de una colaboradora de la Procuraduría General de la Nación.

Por supuesto que estos son los casos mediáticos, si hiciéramos números de todo los hechos violentos que ocurren en el país, seguramente pasamos de los más de 20 asesinatos diarios, fácil. Por eso es que la publicidad gubernamental sobre supuestas acciones para contrarrestar las acciones criminales, rayan en lo ridículo y en la ofensa a nuestra inteligencia, no porque lo que se difunde no sea cierto sino porque esas detenciones comparadas con los sucesos criminales, se quedan cortas.

Ya en otras ocasiones he planteado lo siguiente, ante la pregunta obligada de cómo esto algún día puede cambiar. Nuevamente lo repito, primero: hay que acabar con la impunidad, mientras los delincuentes sepan que pueden meterle un par de plomazos a un cristiano y que si lo agarran, lo dejarán libre por falta de pruebas, o que irá a pasear a la cárcel, la situación no cambiará. Acá juegan un papel importantísimo el Ministerio Público y el Organismo Judicial.

Segundo: es urgente una verdadera campaña de despistolización en el país, no puede ser que existan más armas que libros en las bibliotecas, (donde hay bibliotecas). El tema también es delicado porque no se puede generalizar que todo el que tiene una arma es delincuente, por lo menos, habría que recoger todas las que están sin registro, esto tiene que hacerse de la mano con la implementación de programas de Desarrollo Integral que propicien acceso a mejor educación, salud, oportunidades de trabajo con salarios justo etc.

Tercero: es urgente que el gobierno entienda de un vez por todas que no se pueden seguir relegando a segundo plano los temas antes planteados, lamentablemente no veo por donde esto sea una realidad, ni a mediano ni largo plazo, ni con este ni los gobernantes futuros, ¿porqué? porque es más rentable y más fácil seguir construyendo cárceles, que escuelas y hospitales, por ejemplo. Y que hacer como ciudadanos responsables, pues lo que nos toca desde el hogar, predicar con buenos ejemplos. "...dicen que por no pagar el impuesto, que por eso la mataron", sentenció mi niño.

Pd. Los espero de 17:00 a 19:00 hrs. en las noticias de Radio Punto, de lunes a Viernes. 90.5 FM en la capital, sus repetidoras en los departamentos y en www.radiopunto.net