Como era de esperarse, tremendo revuelo se armó luego de la reciente publicación del Reglamento que da vida a la La Ley de Acceso Universal de Servicios de Planificación Familiar, que por cierto, fue aprobada hace cuatro años, en 2005, cuando dirigía el "honorable" Congreso de la República el aún diputado, Jorge Méndez Herbruger.
Para variar, uno de los primeros en alzar su voz, fue el líder de la iglesia católica en nuestro país, Rodolfo Cardenal Quezada Toruño. El religioso ni lento ni perezoso, aprovechó la presencia el pasado domingo de los cazanoticias en Catedral Metropolitana, y luego de la homilía, donde se refirió al tema, se acercó a los reporteros, a quienes aseguró que varios abogados preparan sendos recursos porque según dijo, existen inconstitucionalidades en dicha norma.
Me considero afín a la iglesia católica, (no fanático), pero hay cosas que no comparto con los sacerdotes que la dirigen, como oponerse a una ley que es una urgencia para un país en donde uno de sus principales problemas, es la sobrepoblación. El cuento que por años nos han vendido que los niñ@s vienen con el pan bajo el brazo, ya nadie lo debe creer. Además, la ley es necesaria porque según investigaciones recientes del Minsiterio de Salud Pública (El Periódico 03 de Nov. 2009), "solo en 2008 murieron 300 mujeres por causas maternas, y este año se contabilizan 144". Lo anterior solo por mencionar una razón.
Para Quezada Toruño, el hecho de que el Ministerio de Educación tiene que incluir en la currícula de studios temas como sexualidad, embarazo precoz y no deseado desde los grados de primaria, y que el Ministerio de Salud Pública y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), tienen que garantizar el suministro de métodos modernos de espaciamiento de embarzos, en los centros asistenciales estatales, suena como pecado o algo satánico.
Contrario al líder de la iglesia católica, considero que de las pocas cosas buenas para el país que han salido del Congreso de la República, esta dicha ley y el reglamento que le da vida. O ¿será que Monseñor no lee, escucha o ve noticias en donde constantemente se informa sobre el incremento que últimamente se ha dado en casos de adolescentes embarazadas? ¿Acaso no se entera de los niñ@s recién nacid@s que son abandonados por madres irresponsables que en muchos de los casos, hubiesen evitado el embarazo?
¿No se da cuenta Quezada Toruño que en el país ya somos muchos y los recursos para vivir, ya no alcanzan? Se que las campañas de planificación familiar se han vuelto un tema difícil en Guatemala, sobre todo porque para la mayoría especialmente para nuestros hermanos indígenas, el tema tiene que ver hasta con su cultura o forma de vida, no se debe olvidar tampoco que la falta de educación, nos ha hecho ignorantes ante las consecuencias de la sobrepoblación.
Ojalá y los líderes de la iglesia católica y todos aquellos que se oponen a la normativa, reflexionen y de una vez por todas se den cuenta que vivimos en tiempos "modernos", si en casa o en la escuela no le hablamos a nuestros hijos sobre sexualidad y planificación familiar, seguro los mal informarán en la calle.
Para terminar, la ley obliga a las entidades gubernamentales involucradas a diseñar y ejecutar campañas de comunicación e información masivas, sobre los métodos tradicionales y modernos de planificación familiar, sus ventajas, desventajas y sobre los embarazos no deseados, a temprana edad y los riesgosos. Ojalá y cumplan a cabalidad con ésto último que será fundamental para que la ley funcione.
Tranquilo Cardenal Quezada Toruño, esto ya no es nada nuevo, países desarrollados nos llevan ventaja al respecto, no sigamos rezagados. A usted estimad@ lect@r si me permite y aún puede decidir le sugiero: tenga los hij@s que pueda mantener. PUNTO.
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