Don Pedro* camina desconsolado por el terreno donde un día estuvo su humilde vivienda en uno de los asentamientos de la capital, castigados por la tormenta Agatha. “Tanto luchar para que en un dos por tres todo se viniera abajo”, comenta mientras contiene la respiración y deja salir un par de lágrimas de sus brillantes ojos. “Pero bueno, Dios lo quiso así”, dice mientras agarra uno de los postes que se resiste a irse al fondo del barranco y aún se mantiene “en pie”.
Don Pedro perdió a sus dos hijos y su esposa la noche del pasado sábado 29 de mayo al derrumbarse su vivienda. “Es duro verse de pronto y saber uno que ya no tiene nada en esta vida, realmente dan ganas de ya no seguir viviendo. Que voy a hacer ahora que ya no tengo por quién luchar, mi familia era todo para mí, lo poco que ganaba era para que mis hijos y mi esposa salieran adelante”, dice mirando al cielo como buscando una explicación a lo sucedido.
La historia de don Pedro seguramente es similar a la de muchos guatemaltecos que producto de los fenómenos naturales, como la tormenta Agatha, han perdido lo más valioso para ellos, su familia. Por supuesto que lo mínimo que podemos hacer es ayudar a los que en este momento lo necesitan, el gobierno por medio de la CONRED, tiene la obligación de asistir a los damnificados, pero yo voy más allá de eso, se deben implementar campañas funcionales de reforestación y planificación familiar.
No podemos ocultar que las tragedias suceden porque el agua no encuentra barreras a su paso por las montañas y barrancos y arrastra lo que encuentra, provocando avalanchas destructoras y asesinas. Cuentan los mayores que hace unos 20 años, llovía incesantemente por tres, cuatro y hasta 8 días, (los famosos temporales) y no pasaba nada. Claro, había mas árboles, menos gente y por ende, no muchos asentamientos ni “colonias” en barrancos ni laderas.
Por eso insisto en que es momento de dejar de lado los intereses políticos y junto con la ayuda que, seguramente hará que el sufrimiento sea menos en las comunidades afectadas, se debe pensar en un programa de reforestación masiva que realmente minimicen los efectos del Calentamiento Global. Es tiempo también de aplicar sanciones drásticas contra los depredadores de nuestros pocos recursos naturales (tala inmoderada de árboles y contrabando de maderas preciosas hacia México y Belice).
Llegó el momento también de castigar severamente a las personas que tiran basura donde quiera, en este tema específico, juegan un papel importante los alcaldes municipales, pero no poniendo rotulitos estúpidos en los basureros indicando que se multará a quien tire basura en determinado lugar, esos letreritos, los cochinos se los pasan por el arco del triunfo. Tienen que ser mas creativos con sus medidas, supongo que para eso tienen gente capacitada dentro de su corporación.
Por cierto, un saludo al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), EL Instituto Nacional de Bosques (INAB), y las municipalidades, incluyendo a TU MUNI. Hasta ahora, pareciera que los efectos del Cambio Climático, les vienen del norte.
*Nombre ficticio.
Pd. Si es factible, me parece buena la idea que se utilice la arena volcánica para rellenar en parte el agujero que se formó en la zona 2 capitalina. Por cierto, en varios sectores de Mixco, aún hay gran cantidad de bolsas con arena del Pacaya.
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