¡Masacran a familia en Ciudad Quetzal, San Juan Sacatepéquez, entre los muertos, hay varios menores de edad! ¡Otro hecho similar se produjo en San Benito, Petén; las víctimas, cuatro miembros de una familia, entre ellos 3 menores de edad! Estos eran algunos de los titulares de las noticias del pasado fin de semana en nuestro país.
¡Dios mío hasta donde hemos estamos llegando! Replicó mi vecina entre la confusión y consternación por lo ocurrido. Seguramente muchas expresiones similares se dieron en lugares a donde la noticia fue “acarreada” especialmente por algunos medios de información (radiales, televisivos y escritos) amarillistas y sensacionalistas, cuya materia prima por excelencia, precisamente son este tipo de sucesos.
A estos dos hechos hay que sumar la explosión de una granada de fragmentación lanzada en un bus extraurbano de rutas cortas de la empresa Sanjuanera, que dejó como saldo la muerte de 3 personas, el incendio provocado por otro artefacto similar en un bus urbano de la ruta 260 que transitaba con rumbo del centro a Pinares del Norte, zona 18 y el asesinato de dos Policías Nacionales Civiles en un sector de la zona 15 de la capital.
Obra del crimen organizado o no organizado, represalias de pandilleros por las “acciones” que las autoridades de gobernación están tomando en su contra o por lo que sea, lo cierto del caso es que lo que estamos viviendo nos pone muy mal ante los ojos del mundo. No se puede justificar la muerte violenta de tantos guatemaltecos y sobre todo de niños y niñas inocentes. Por cierto, para variar igual como sucedió durante el conflicto armado, los muertos los siguen poniendo los pobres.
Siempre he dicho que la violencia no se termina con más violencia, no basta con armar hasta los dientes a los policías o construyendo más cárceles, hay que atacar el problema de raíz, creando más y mejores oportunidades de educación, salud y empleo. Y los más urgente, implementando una eficiente estrategia de planificación familiar, no podemos ocultar que los pocos recursos ya no alcanzan para todos.
Otro acción que urge en el país, es una verdadera campaña de despistolización, claro, esto no le conviene a los que al igual que en el tiempo de la guerra interna, hicieron de la misma el negocio de sus vidas, ahora es cuando estos sectores tienen que demostrar su verdadero amor por Guatemala. (Acá se incluyen propietarios de empresas privadas de seguridad y ventas de armas y municiones). ¿Dejará el sistema que esto algún día sea realidad…?
No quiero pensar que más de algún partido político o el sector oligárquico de nuestro país esté detrás de los últimos acontecimientos, (aunque como dice el refrán popular, se ven muertos acarreando basura…) lo que si considero, es que estamos pagando las consecuencias de lo que no hemos hecho. La culpa no ha sido solo de los gobiernos corruptos que hemos tenido, también es de nosotros como padres y madres de familia al no educar correctamente a nuestros hijos, no basta con enviarlos a las Escuelas o Colegios, debemos retomar la enseñanza de valores nuestros hogares.
Pd. Ya bàjenle a Arzù en los telenoticieros de la "televisiòn guatemalteca" realmente aburre tanta alabanza barata que transmiten, producto de un reconocimiento en EE.UU. Alooooooò Relaciones Pùblicas de tu MUNI, si es que el mero mero del palacio de la loba los deja decidir...
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