jueves, 11 de marzo de 2010

EXPERIMENTANDO LA PSICOSIS A BORDO

Gracias a que Dios me ha bendecido demasiado, tenía más de un año de no subirme a un bus urbano en la Capital o sus municipios aledaños. Por razones de fuerza mayor, tuve que hacerlo recientemente y fue interesante experimentar lo que a diario le pasa a miles de guatemaltecos honrados que para llegar a sus destinos, tienen que abordar una destartalada camioneta. Esta es la crónica.

04:45 de la mañana: Tomo un bus de la ruta 21 en un sector de la zona 6 de Mixco, según yo, me llevaría hasta la 18 calle de la zona 1, donde tenía que estar en la Radio Nacional TGW a las 05:45 o antes. Previamente había preparado el "sencillo" para no verme en apuros al momento de pagar el pasaje. "Son dos quetzales mi amigo", me dice el chofer al recibir la moneda de 1 quetal, ni lento ni perezoso y sin decir ni una sola palabra, saqué un billete de de la misma denominación, y completé el pasaje.

Siempre aconsejo no sentarse ni adelante por aquello de los ataques con arma de fuego a los pilotos, ni muy atrás por los rateros que nunca faltan, así que caminé hasta la mitad de la unidad. Afortunadamente, por la hora quizá, venía bastante vacía. A las 04:55 el bus transitaba por la Plaza Florida, a esa hora ya con gente de pie. Me sorprendió la actitud de los pasajeros, ninguno protestaba ante la exigencia de los 2 quetzales como pasaje, es más, algunos ya iban preparados y no esperaban el recordatorio del piloto.

Sin duda alguna las cosas han cambiado en un más de un año, si fueran otros tiempos, yo hubiese sido el primero en protestar por un cobro que a mi criterio, es ilegal, sin embargo; pensè, tienen razón los pilotos porque se juegan la vida en cada parada o en cada esquina, la psicosis se transpira cuando uno se sienta en las camionetas, no se puede dejar de ver a los lados para sondear que no viaje más de algùn asesino o ladròn a nuestro lado.

En la penunmbra de la mañana, las escasas patrullas de la Policía Nacional Civil circulaban a baja velocidad y con las "tamaleras" (luces de alerta) encendidas. "A esos señores uno ya no sabe si confiarles o tenerles miedo usted", me dice la señora como de unos 48 años que va sentada a mi lado. Si verdad, le contesto sin el menor ánimo de alargar la conversaciòn.

Con todo lo vivido en el trayecto, reflexiono y pienso que ojalà el nuevo servicio de transporte urbano, solucione muchos de los problemas que tenemos actualmente, como el asesinato de pilotos y las extorciones, mi pena es que el problema se incremente en las rutas cortas (buses extraurbanos que viajan de la capital a los municipios cercanos).

05:15 de la mañana, "hasta aquì llego señores", grita el conductor del bus que según su ruta tendría que llegar hasta la zona 1, cuando llega solamente a la terminal de la zona 4. Otra vez, nadie protesta y todos, incluyéndome, bajamos lentamente de la unidad. Luego de esperar unos 5 minutos, abordé un ruletero con destino a la Colonia Maya zona 18, que me dejó en la 18 calle y 9a. avenida. LA HISTORIA SE REPITIÓ, pero por lo menos, llegué a tiempo a mi destino...

Pd. ¿Porqué la Diputada Nineth Montenegro no sale constamente en las notas de los noticieros de la televisión abierta, aunque sus acciones acaparen grandes espacios en la competencia y los periódicos?

2 comentarios:

Marlene dijo...

Tiene razón muchas veces nos olvidamos de nuestros años de estudiante, cuando abordavamos los buses urbanos, claro era otra la situación del país, pero no debemos de olvidar a las personas que no cuentan con otros recursos para trasladarse de un lugar a otro.
En alguna oportunidad abordé un bus y si es una psicosis,todos tienen cara de ladrones y pienzo que la persona que va al lado de nosotros piensa lo mismo de nosotros, lamentablemente esta es la realidad de nuestro país, no hay q perder la esperanza, (y no es política)de que Guatemala mejore.

Saludos

Unknown dijo...

Esta experiencia que tuviste y que creo la hemos vivido la mayoria inevitablemente me hizo recordar todas mis anectadotas en los buses urbanos y extraurbanos. La verdad es que en algunos casos nos da risa y por otro pareciera que nos conformamos a la situacion, en mi caso, asaltada con cuchillos, balasos en el bus, y hasta con machetes una vez...y te hablo de hace mas de 10 años,(parece mentira, pero no, y es una triste realidad diaria)..